Es el tratamiento más básico, que resultará adecuado a parejas en las que el único factor que se ha identificado como posible causante de la esterilidad son fallos en la ovulación femenina, que se manifiestan con ciclos menstruales irregulares o ausentes, y el factor masculino se ha descartado.
Consistirá en administrar un tratamiento oral que, tras cinco días de tratamiento, puede conseguir una ovulación forzada cinco días más tarde, y programar en ese momento las relaciones sexuales. Los resultados no son muy espectaculares, pero se trata de un tratamiento sencillo y bastante inocuo que puede ser muy útil en casos muy concretos. Otra opción de inducir la ovulación, mucho más eficaz, pero ya aumentando la sofisticación del tratamiento, es una inyección subcutánea de un fármaco que estimulará la maduración y crecimiento de un óvulo que tendremos que ir supervisando ecográficamente cada dos o tres días hasta observar que está completamente maduro y en ese momento administrar otra medicación que hará que en 36 horas pueda ser fertilizado nuevamente con relaciones sexuales programadas.