Las embarazadas deben evitar las actividades que eleven en exceso su temperatura corporal (hipertermia) ya que, si este aumento es prolongado, durante el primer trimestre de gestación puede provocar malformaciones fetales e incluso abortos espontáneos.
Así lo explica la ginecóloga Elena Marín, que indica que este incremento lo pueden provocar tanto la intensa ola de calor que sufre España como una fiebre.
La doctora Elena Marín recuerda que las embarazadas constituyen uno de los colectivos con mayor riesgo de sufrir deshidratación. Los requerimientos de agua en mujeres embarazadas «se incrementan considerablemente para permitir el aumento de agua corporal y cubrir las mayores necesidades metabólicas del feto». Además, añade, «muchas gestantes experimentan una pérdida importante de líquido con los vómitos, lo que aumenta sus necesidades y por tanto el riesgo de sufrir deshidratación».
Otro de los factores a tener en cuenta es que los cambios hormonales que se producen en el embarazo sensibilizan la piel y, con la exposición solar, pueden provocar manchas en la cara (cloasmas o melasmas) que, aunque en la mayoría de los casos desaparece tras el parto, se pueden intensificar ante un nuevo embarazo.
La doctora Marín aconseja beber agua y líquidos con frecuencia, evitando el alcohol, la cafeína o las bebidas muy azucaradas e ingerir alientos de digestión ligera de forma frecuente. En cuanto al sol, aconseja usar protectores solares de amplio espectro, evitar exponerse a las horas centrales del día, buscar lugares frescos o climatizados, usar ropa holgada y ligera que permita la transpiración y no practicar actividad física o deporte al aire libre en las horas de más calor; recordando que para que el ejercicio sea beneficioso en el embarazo, este debe ser moderado y progresivo.